Debrayatoria.: Poesía colectiva.

Y exploto la dignidad
como un beso de amantes
quemando en su pasión,
la miseria, la explotación.

Mate a tu dios...
para que de la tierra roja nazca un nuevo sueño,
y un nuevo camino, un camino hecho con nuestros sueños,
con la sangre de nuestros pies, y la sangre de nuestros hermanos...
hermanos de corazón, hermanos de angustia,
siempre buscando poner fin al sufrimiento.

Siempre ponte en lo zapatos de otras personas,
si sientes que te duele,
probablemente le dolerá a esa persona también.

Se duele la tierra..,se duele la madre,
se duelen mis sueños, desnudos…amargos,
me pregunto si el creer en su existencia es suficiente,
al teñirse de sangre su contenido, y observar las miradas,
que fingen asombro ante ello,
pero en su interior solo piensan en su olvido.

A una hoja juguetona, con un morado azulado por arriba
y un verde amarillezco por abajo,
me recuerda esta tosca situación,
que fina parece pero un sospecho dudoso
en el interior me causa.

La arrastra el viento tierra adentro,
permanece y siembra en el hondo subterráneo.

Que resurja nuevamente entonces la alborada, sin pena,
un poco mas de gloria, ante todos lo destrozos perpetrados,
bajo el manto de al menos...otra madrugada incipiente.

Y ante el destrozo,
la madrugada también puede ser una amiga,
si en ella se sueña, no se olvida,
que olvidar es la muerte.

Persigue la luz esa verdad
que la noche esconde como lo hace mi alma,
con la claridad que el deseo arrebata.
Siento dolor en mi pecho,
dolor porque el camino seguido, a perdido su destino,
y la distancia se alarga sin sentido.

Parece que todos lo vemos, como una eterna cercanía.

Como seguir esta poesía,
y seguir creyendo en la canción, en la utopía,
en estos tiempos de desamor.

Donde la vida se agarra desesperada a la esperanza.
¿Será de encuentro entre la palabra y la verdad??
La verdad queda perdida, olvidada,
y es mejor que así permanezca.

Pero la palabra es nuestro fuego,
nuestro fusil.
Y con ella construiremos…
la LIBERTAD que nos fue tomada.!